lunes, 29 de noviembre de 2010

TENGO MIEDO


Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazòn un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.

Tengo miedo. Y me siento tan cansado y pequeño
que reflejo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella.)

Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!

Se muere el universo, de una calma agonía
sin la fiesta del sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la tierra es una fruta negra que el cielo muerde.

Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.
Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.

PABLO NERUDA

CÓMO ME SIENTO


Me siento como se siente el agua
entre mares de cenizas.
Mi fuerza es un ciclón
que choca contra el viento.
¡Será que soy de espuma,
de silencios muertos!
Sé que no conozco
los gorriones sedientos.

Mi mundo es una playa sin orillas
y mi cuerpo tendido de azucenas
no conoce la desgracia
aunque la viva cerca.
¡Seré un marinero sin puerto,
un abismo suicida
que llorará sobre el tiempo!

¿Cómo me siento vida,
cómo me siento?

IVÁN SEGARRA BÁEZ

domingo, 28 de noviembre de 2010

TAL VEZ NO ERA PENSAR


Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.

Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.

Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.

Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.

Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente...

IDEA VILARIÑO

HACE TIEMPO QUE...


Hace tiempo que no sueño con los hijos de mi sombra:
la vida, a veces, yo no sé si nos ata o nos sacude...

La verdad es que hay días, largos días,
que se nos queda el mar dormido por las venas,
como se duerme el toro junto al río.

Una esperanza tengo: Amar.
Si es posible,
me gustaría amar: me gustaría
vestir algún domingo
el traje largo de la libertad, y amar.

Y salir a la calle, encontrarme con la vida,
con el hombre que reza y el hombre que blasfema,
con el que abre la mano y cierra el puño:
con los hijos de Dios y del Demonio.

Me gustaría, una tarde, ponerme el traje de la libertad
y que no me rindieran los temores, convencerme
de que la rosa casa pensamientos,
y que el viento es más viento cuando peina
primaveras en frentes desiguales.

Una ilusión me queda: He de morir.

...Pero, con ansia me pregunto,
¿habrá un hombre de luz y otro de sombra
para cerrarme un ojo cada uno...?

NICOLÁS DEL HIERRO


PARTIDA


Cada día su propio desconcierto,
su propia dimensión establecida,
tablero de ajedrez con la partida
propuesta del futuro en que me inserto.

Tan sólo del final el jaque cierto
y, mientras, despiezándome la vida
jornada tras jornada, trampa urdida
al mar de la esperanza en que me vierto.

Cada día los cuadros del tablero
con ciega exactitud, calladamente,
me ofrecen la distancia en la que muero.

Cada día, latiendo más urgente,
mi ronco corazón, por compañero,
arriesga otra jugada indiferente.

JUAN JOSÉ ALCOLEA JIMÉNEZ

viernes, 26 de noviembre de 2010

CANCIÓN DE LA VOZ FLORECIDA


Yo sembraré mi voz en la carne del viento
para que nazca un árbol de canciones;
después me iré soñando músicas inaudibles
por los ojos sin párpados del llanto.

Colgada sobre el cielo dolido de la tarde
habrá una pena blanca, que no será la luna.

Será una fruta alta, recién amanecida,
una fruta redonda de palabras
sonoras, como un canto:

maravilla sonámbula de un árbol
crecido de canciones, semilla estremecida
en la carne florecida del viento:
-mi voz.

FRANKLIN MIESES BURGOS

CANCIÓN AMARGA


Nada turba mi ser, pero estoy triste.
Algo lento de sombra me golpea,
aunque casi detrás de esta agonía,
he tenido en mi mano las estrellas.

Debe ser la caricia de lo inútil,
la tristeza sin fin de ser poeta,
de cantar y cantar, sin que se rompa
la tragedia sin par de la existencia.

Ser y no querer ser? esa es la divisa,
la batalla que agota toda espera,
encontrarse, ya el alma moribunda,
que en el mísero cuerpo aún quedan fuerzas.

¡Perdóname, oh amor, si no te nombro!
Fuera de tu canción soy ala seca.
La muerte y yo dormimos juntamente?
Cantarte a ti, tan sólo, me despierta.

JULIA DE BURGOS

sábado, 20 de noviembre de 2010

JUSTICIA ELEMENTAL


Considerando en serio que a unos les faltan dientes

que a otros les faltan uñas

y que, en general,

la vesícula biliar

les duele a los millonarios y es un lujo mortal,

cambiemos el régimen, seamos racionales:

que los que tengan dientes, muerdan;

que los que tengan uñas, arañen a rabiar,

y que, en general,

el champán y la vesícula biliar

sean un patrimonio de toda la humanidad.

GABRIEL CELAYA

VOLVERLO A VER


¿Y nunca, nunca más, ni en noches llenas
de temblor de astros, ni en las alboradas
vírgenes, ni en las tardes inmoladas?

¿Al margen de ningún sendero pálido,
que ciñe el campo, al margen de ninguna
fontana trémula, blanca de luna?

¿Bajo las trenzaduras de la selva,
donde llamándolo me ha anochecido,
ni en la gruta que vuelve mi alarido?

¡Oh, no! ¡Volverlo a ver, no importa dónde,
en remansos de cielo o en vórtice hervidor,
bajo unas lunas plácidas o en un cárdeno horror!

¡Y ser con él todas las primaveras
y los inviernos, en un angustiado
nudo, en torno a su cuello ensangrentado!

GABRIELA MISTRAL