Considerando en serio que a unos les faltan dientes
que a otros les faltan uñas
y que, en general,
la vesícula biliar
les duele a los millonarios y es un lujo mortal,
cambiemos el régimen, seamos racionales:
que los que tengan dientes, muerdan;
que los que tengan uñas, arañen a rabiar,
y que, en general,
el champán y la vesícula biliar
sean un patrimonio de toda la humanidad.
GABRIEL CELAYA
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