domingo, 28 de noviembre de 2010

PARTIDA


Cada día su propio desconcierto,
su propia dimensión establecida,
tablero de ajedrez con la partida
propuesta del futuro en que me inserto.

Tan sólo del final el jaque cierto
y, mientras, despiezándome la vida
jornada tras jornada, trampa urdida
al mar de la esperanza en que me vierto.

Cada día los cuadros del tablero
con ciega exactitud, calladamente,
me ofrecen la distancia en la que muero.

Cada día, latiendo más urgente,
mi ronco corazón, por compañero,
arriesga otra jugada indiferente.

JUAN JOSÉ ALCOLEA JIMÉNEZ

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